miércoles, 13 de agosto de 2008

Festivales, ferias y funciones de la moneda - Columna #9 en Ekovoces

Festivales, ferias y funciones de la moneda
(Columna #9 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)


Cuando se publicó la programación, marqué doce películas que me parecieron interesantes. Pensaba ir a verlas todas, sobre todo una de Saura que no había podido encontrar. El domingo me alisté para ir a ver la primera que había resaltado y al abrir mi billetera me di cuenta que solamente tenía veinte soles. Entré a la página web del cine para averiguar cuánto me iba a costar la gracia, y sacando cuentas, noté bastante desilusionada que de las doce películas marcadas, solamente podría ver dos. Tengo la esperanza de que las otras diez aparezcan en DVD pirata.

El XII Festival de Cine de Lima se inauguró con bombos y platillos, con la presencia de Vargas Llosa, María de Madeiros y Angie Cepeda, y con un afiche horroroso que alardeaba contar con lo “más sabroso del cine latinoamericano”. Lo más sabroso de este buffet cultural podrá ser disfrutado en su totalidad por quien tenga para pagar entre 13 y 17 soles por la entrada a cada película (más lo que cueste llegar al cine). Imposible pensar que se podrá acompañar la proyección con algún bocadito y si invitas a alguien, la cosa se pone más difícil. Habrá quienes puedan disfrutarlo solamente una o dos veces; otros, ni siquiera eso. Lástima que tan apetitosos platos se enfríen sin que nadie pruebe bocado.

Si se organiza un festival de cine y se tiene como objetivo que una mayor cantidad de público vaya a ver las películas, no se puede cobrar el precio regular por la entrada. No sería lógico tampoco que fuese gratuito, pero sí que se piense en algún tipo de pase, promoción o simplemente llegar a un acuerdo con los cines para que se baje el precio de la entrada de las películas incluidas en la programación del festival. Y así quieren competir con la piratería, si serán ilusos.

El inicio del XII Festival de Cine de Lima ha empalmado con la culminación de la XIII FIL de Lima. La Feria del Libro, que si bien es cierto, cobra un precio simbólico por la entrada que te permite asistir a todos los eventos que se realizan durante el día, carece de ofertas para la adquisición de libros. Los stands que ofrecían remate de obras se podían contar con los dedos de una mano. Algunas editoriales comenzaron con sus precios regulares; sin embargo, en los últimos días ofrecieron entre 20% y 30% de descuento o la adquisición del segundo libro a mitad de precio. Esto tampoco significa que los libros sean baratos, pero bueno, supongo que peor es nada.

Ir al teatro es otra hazaña. Entradas entre 40 y 50 soles; en el mejor de los casos, 30. Ojalá todos fuéramos eternos estudiantes para pagar medio pasaje en el autobús y además, ver la función por 25 soles, precio que dudo que un estudiante pueda pagar. Será por eso que nadie va al teatro, será por eso que a pocos les gusta el teatro porque si te gusta, estás fregado. Será por eso también que a nadie le interesa restaurar el Teatro Municipal que hace 10 años se quemó y hasta ahora sigue en ruinas.

Acceder a la cultura es para quien pueda pagarla. Es por eso que está cada vez más lejos del alcance de la gente y en consecuencia, cada vez cada vez más lejos de su interés. Bienvenidos sean entonces los festivales, ferias y funciones de la moneda, creados para aquellos que puedan depositar el valor de ese interés en las boleterías y cajas. Para los demás, lo siento mucho.

Hello, Goodbye

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