viernes, 4 de junio de 2010

En Cosas

Me sigue sorprendiendo que mencionen mi libro después de casi tres años de su publicación y sobre todo, en revistas a las que uno no tiene idea que puede llegar.

Es así que ha aparecido una mención a Cromosoma Z en el artículo "Aceptando a Safo" de la revista Cosas Ecuador. Les dejo el enlace:

https://www.cosas.com.ec/665-aceptando_a_safo.html



Aceptando a Safo
El Mundo se volvió lésbico

La interacción sexual entre mujeres es hoy presentada con mucha más naturalidad por los medios masivos. ¿A qué responde esta nueva exposición? ¿Cómo nos afecta?

Bélica y Jolie son los nicknames o sobrenombres informáticos de dos mujeres ecuatorianas que sostienen una relación sentimental desde hace algunos años y que juntas crearon, en el 2006, el blog lesmode.org, en el que tratan la temática lésbica con franqueza e inteligencia. Éste es uno de los pocos espacios en nuestro país en el que las personas que viven la homosexualidad femenina pueden expresarse libremente, sin exponerse al todavía cotidiano (aunque bastante atenuado) rechazo. Sin embargo, fuera de esta pequeña aldea llamada Ecuador, existe un universo en donde la exploración de la sexualidad humana no es un tabú, en el que cada vez es menos escandaloso ser lesbiana y en el que la manifestación mediática de esta realidad está generando un diálogo que puede resultar muy beneficioso para la ruptura de esquemas que sencillamente dejaron de ser útiles.

Lesbianas en Latinoamérica

El pasado 9 de abril se dio en Argentina, la primera boda civil entre dos mujeres, la misma que fue posteriormente anulada y que está en el centro de un debate sobre la normativa gay en dicho país. Diario El Comercio publicó la declaración que Norma Castillo dio cuando contrajo matrimonio con Ramona Arévalo, 30 años después de iniciar su relación: “Siento la enorme alegría de profesar un amor, pero también pienso en todos aquellos que debieron morirse sin que pudieran decir ‘te amo’ en público a la persona que uno más quiere. Quiero que todos tengan conciencia de que el día de hoy, podemos expresar a cielo abierto un “yo te amo”. En Chile, en cambio, se presentó una campaña comunicacional para terminar con la discriminación hacia lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Una valla con la foto de dos mujeres envueltas en un beso adornó la ciudad y despertó a la gente. Sin ir muy lejos, en Perú, Jennifer Thorndike se convirtió, con su libro Cromosoma Z, en la primera escritora en despuntar en su país y en Latinoamérica, abordando el tema lésbico. A nivel mediático, en cambio, existe una exposición marcada de la experiencia lésbica. Pero esta “vitrina”, ¿está conformada por verdaderas invitaciones a la reflexión o por o simples jueguitos superficiales?

¿Homosexualidad o show?

No podemos decir que la explotación de la fantasía lésbica en la pornografía, las revistas eróticas y la Internet sea una novedad. Pero tampoco podemos negar que el gusto por el show de la homosexualidad femenina se ha acrecentado en la última década. Diferentes factores han sido tanto el origen como la consecuencia de este fenómeno. En 1998 se creó la empresa Girls Gone Wild que comercializa, hasta el día de hoy, vídeos pornográficos con chicas “reales” o “amateurs”. El mecanismo es el siguiente: un grupo de camarógrafos y sonidistas, acompañados por un conductor atractivo, circulan por lugares en donde las adolescentes van a vacacionar e ingerir mucho alcohol. El objetivo es encontrar mujeres atractivas que, en ese estado, estén dispuestas a mostrar sus cuerpos e incluso ir más lejos y tener encuentros sexuales entre ellas. Para el 2000, la “empresa” ya era un éxito y hasta la fecha cuenta con alrededor de 300 vídeos que se venden masivamente. Girls Gone Wild cuenta, además, con una revista y una página web.

En el 2003, el planeta entero vio en directo el beso de Madonna y Britney Spears durante la entrega de los premios Mtv. Un año más tarde, el estreno del show “The L Word” en los Estados Unidos significó la creación del primer programa sobre mujeres gay en ser difundido en toda América, seis años después de Will and Grace, show en el que la homosexualidad masculina estaba en primer plano. The L Word (La letra L) le debe a su título, obviamente, a la mención de la palabra lesbiana, poniéndola a la par de un insulto o “mala palabra”, resaltando la falta de tolerancia que hasta entonces existía en el mundo frente al lesbianismo. Desde entonces, shows como Melrose Place, Beverly Hills 90210, Gossip Girl, Desperate Housewives, Grey’s Anatomy y A Shot At Love with Tila Tequila (este último era un reality show en el que su protagonista escogía entre un hombre y una mujer para formar una pareja) incluyen la temática del lesbianismo o la bisexualidad en sus capítulos.

El año pasado la canción de Katie Perry “I kissed a girl” se convirtió en un éxito rotundo en los Estados Unidos e incluso en Latinoamérica, sobre todo en los países en los que Mtv tiene una fuerte presencia, como Argentina, Colombia, México y Chile. El tema menciona el encuentro de una noche entre dos mujeres heterosexuales que sencillamente se disponen a “probar” una sensación nueva; hoy, la diva Lady Gaga juega a la ambigüedad sexual en sus vídeos. La lista se ensancha cada año. ¿Pero por qué resulta tan apetitoso el tema?

“No es que realmente estos programas estén brindando un espacio de apertura hacia la tolerancia del lesbianismo sino únicamente están aprovechando el tabú que encierra el lesbianismo para generar ingresos. Y en el caso de los medios locales no tienen como política abordar ningún tema lésbico ni GLBT, esto hace que cuando surjan propuestas como la serie Versátiles (serie con temática gay/lésbica ecuatoriana, Dirigida por Elio Peláez) no se promuevan en la televisión nacional” opina Bélica.

La respuesta de todo hombre al que se le pregunta por qué disfruta tanto observando estos encuentros es bastante simple y matemática: dos mujeres, doble placer y la posibilidad de interactuar con ambas a la vez. Carlos Andrés Vera, Editor de la Revista Soho recuerda una portada particular de su revista en donde se jugaba con ese concepto: “Siempre dos mujeres tendrán más efecto que una sola mujer, salvo raras excepciones”.

¿Y qué hay de las mujeres que participan en estas actividades? “La mujer siempre se ha hecho usar como show. Ha comprendido su valor físico y económico. No es nada nuevo. No me extraña que los vídeos de conductas lesbianas llamen la atención a hombres y también a mujeres” opina Teresa Borja Ph.D en psicología, quien ha estado a cargo de diversas investigaciones y publicaciones en el campo de la sexualidad. “Hoy casi todo es un show... de mujeres para hombres, de mujeres para mujeres, de mujeres para hombres que se creen mujeres, para mujeres que quieren ser hombres, etc. El target es infinito. Y en esa espiral, estamos casi todos involucrados aún sin quererlo. Y como todo lo moderno, tiene una ventaja y una desventaja: lo bueno es la libertad de elección, la infinidad de gustos que complacer. Lo malo, es la banalización de casi todo, poniendo en un tercer y cuarto plano el espíritu, necesario siempre para que evolucione la condición humana” agrega Carlos Andrés.

Aún ocultas

Teresa llega a la conclusión de que el ser humano es sexual y punto, cómo satisfaga sus deseos dependerá de muchos factores. Pero en principio, una persona puede encontrar placer sexual en cualquier cosa: “Con quién, cuándo, en qué ocasiones es algo que va a depender mucho de las oportunidades, de las ideas o esquemas mentales sobre lo que es placentero o no y del acceso y las consecuencias que tenga dar rienda suelta a esos gustos o preferencias. Nosotros no comemos gusanos, no porque sea esencialmente malo o desagradable comerlos, sino porque no está en nuestros esquemas mentales. Si es que se empezaran a promocionar los gusanos, talvez empezaríamos a comerlos. Los medios masivos han hecho que nuestros gustos sexuales se amplíen” analiza.

Sin embargo el que los “juegos” lésbicos estén en boga no significa, necesariamente, que el lesbianismo como tal sea más aceptado o se viva con mucha más libertad que antes. “No creo que el mundo sea más tolerante frente a la diversidad sexual, en todo el mundo existe discriminación contra gays y lesbianas en mayor o menor proporción. Pero sin embargo las mujeres lesbianas están estigmatizadas dentro de un mundo aún machista” analiza Bélica a lo que Teresa agrega: “En cuanto al concepto del lesbianismo como una moda, comparado con lo que pasaba antes, sí hay un mayor interés, pero si lo comparas con la homosexualidad masculina, creo que todavía ésta se expone más que la femenina. Lo que sí puede ser es que el lesbianismo esté en un despertar”.
No hay duda de que el menú sexual y el espectáculo del erotismo se amplían cada vez más. ¿Cómo asumir, entonces, este fenómeno? Con madurez y lucidez. Queda a juicio de cada uno si, en este “show” quiere participar como protagonista, director, espectador o, aún mejor, observador crítico.


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