martes, 9 de diciembre de 2008

Jennifer Thorndike en la Feria del Libro Ricardo Palma 2008

Este año estaré en la Feria del Libro Ricardo Palma. Para los que no tienen el libro, lo estaré vendiendo a precio de Feria ( :)!) ese día. Ojalá puedan darse una vuelta, les dejo la info:

Mesa Redonda y Recital
“Novísimas voces de la literatura en el Perú”

Participan: Jennifer Thorndike, Luisa Fernanda Lindo, Alex Morillo
Modera: Doris Moromisato
Organiza: Cámara Peruana del Libro
Día: sábado 13 de diciembre
Hora: 5:30 a 6:45 pm

Lugar: Feria del Libro Ricardo Palma,
Anfiteatro Chabuca Granda

Los espero,
Hello, Goodbye

miércoles, 13 de agosto de 2008

Festivales, ferias y funciones de la moneda - Columna #9 en Ekovoces

Festivales, ferias y funciones de la moneda
(Columna #9 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)


Cuando se publicó la programación, marqué doce películas que me parecieron interesantes. Pensaba ir a verlas todas, sobre todo una de Saura que no había podido encontrar. El domingo me alisté para ir a ver la primera que había resaltado y al abrir mi billetera me di cuenta que solamente tenía veinte soles. Entré a la página web del cine para averiguar cuánto me iba a costar la gracia, y sacando cuentas, noté bastante desilusionada que de las doce películas marcadas, solamente podría ver dos. Tengo la esperanza de que las otras diez aparezcan en DVD pirata.

El XII Festival de Cine de Lima se inauguró con bombos y platillos, con la presencia de Vargas Llosa, María de Madeiros y Angie Cepeda, y con un afiche horroroso que alardeaba contar con lo “más sabroso del cine latinoamericano”. Lo más sabroso de este buffet cultural podrá ser disfrutado en su totalidad por quien tenga para pagar entre 13 y 17 soles por la entrada a cada película (más lo que cueste llegar al cine). Imposible pensar que se podrá acompañar la proyección con algún bocadito y si invitas a alguien, la cosa se pone más difícil. Habrá quienes puedan disfrutarlo solamente una o dos veces; otros, ni siquiera eso. Lástima que tan apetitosos platos se enfríen sin que nadie pruebe bocado.

Si se organiza un festival de cine y se tiene como objetivo que una mayor cantidad de público vaya a ver las películas, no se puede cobrar el precio regular por la entrada. No sería lógico tampoco que fuese gratuito, pero sí que se piense en algún tipo de pase, promoción o simplemente llegar a un acuerdo con los cines para que se baje el precio de la entrada de las películas incluidas en la programación del festival. Y así quieren competir con la piratería, si serán ilusos.

El inicio del XII Festival de Cine de Lima ha empalmado con la culminación de la XIII FIL de Lima. La Feria del Libro, que si bien es cierto, cobra un precio simbólico por la entrada que te permite asistir a todos los eventos que se realizan durante el día, carece de ofertas para la adquisición de libros. Los stands que ofrecían remate de obras se podían contar con los dedos de una mano. Algunas editoriales comenzaron con sus precios regulares; sin embargo, en los últimos días ofrecieron entre 20% y 30% de descuento o la adquisición del segundo libro a mitad de precio. Esto tampoco significa que los libros sean baratos, pero bueno, supongo que peor es nada.

Ir al teatro es otra hazaña. Entradas entre 40 y 50 soles; en el mejor de los casos, 30. Ojalá todos fuéramos eternos estudiantes para pagar medio pasaje en el autobús y además, ver la función por 25 soles, precio que dudo que un estudiante pueda pagar. Será por eso que nadie va al teatro, será por eso que a pocos les gusta el teatro porque si te gusta, estás fregado. Será por eso también que a nadie le interesa restaurar el Teatro Municipal que hace 10 años se quemó y hasta ahora sigue en ruinas.

Acceder a la cultura es para quien pueda pagarla. Es por eso que está cada vez más lejos del alcance de la gente y en consecuencia, cada vez cada vez más lejos de su interés. Bienvenidos sean entonces los festivales, ferias y funciones de la moneda, creados para aquellos que puedan depositar el valor de ese interés en las boleterías y cajas. Para los demás, lo siento mucho.

Hello, Goodbye

Mi otro blog está nominado al concurso 20 blogs peruanos, pueden votar por él aquí.



miércoles, 30 de julio de 2008

Patria al desnudo - Columna #8 en Ekovoces

Patria al desnudo
(Columna #8
publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

En mi casa a nadie le importa que flamee la bandera peruana que se exhibe en el techo por Fiestas Patrias. De hecho, creo que a nadie le importa siquiera colocarla, sino que lo hacen porque es disposición municipal y porque pagar la multa les gusta menos que dejarla chorreando y sin asta en el balcón, como si fuera un trapo viejo o una sábana secándose en el tendedero. Dados los últimos acontecimientos que giran alrededor del respeto hacia los símbolos patrios, he tenido que acomodar la bandera lo mejor que he podido para que no se piense que no honro como se debe a la rojiblanca.

Los “importantes” acontecimientos que engalanan las Fiestas Patrias 2008 son el fin de semana largo, y las fotografías de una cantante de cumbia que posa semidesnuda sobre un caballo que lleva como montura el pabellón nacional. El ministro de defensa, escandalizado, censuró a la señorita y declaró que las fotos faltaban el respeto al símbolo patrio. La verdad, no me imagino al señor ministro de defensa viendo las fotos de esta señorita semidesnuda pensando en otra cosa que no sea que la señorita está semidesnuda. Luego de deleitar la pupila habrá reparado en la rojiblanca, habrá cerrado la revista con indignación (previa hojeada final para comprobar que lo que ha visto es cierto), la habrá lanzado al basurero y habrá llamado a la prensa para declarar lo que declaró. Genitales encima de la bandera, no hay forma. Hay que investigar a esta señorita, que pida perdón de rodillas, habráse visto.

Me pregunto cómo llegó la revista al despacho del ministro. Me pregunto también qué hacía el ministro perdiendo el tiempo mirando estas fotos si tiene tanto trabajo pendiente. Luego del mensaje de este señor, varios congresistas se unieron al reclamo, congresistas que debían estar analizando las propuestas de los candidatos a la Presidencia del Congreso para así emitir un voto concienzudo al momento de la elección. Pero es seguro que los padres de la patria también perdieron el tiempo revisando el material para comprobar si la ofensa de la señorita cumbiambera era tan ofensiva como parecía serlo.

¿Cuán ofensivo es colocar los genitales encima del pabellón nacional? Que la bandera no es asiento, que no se debe usar un símbolo patrio para vender sexo, que es una obscenidad posar desnuda con un símbolo que honra al país. Si bien es cierto que la señorita está semidesnuda, no está en una actitud obscena. Dejando de lado la estética, que no viene al caso, se podría decir que es un desnudo artístico y que la bandera está mejor situada, por ejemplo, que la que se exhibe en el balcón de mi casa. Creo que es más ofensivo colocar una bandera por una disposición municipal y no por convicción, cantar un himno que resulta humillante, homenajear con una estatua en la Plaza Mayor de Lima al conquistador que le quitó libertad a un pueblo durante más de 300 años (la estatua fue retirada y reubicada, pero eso qué más da) o finalmente, dedicarle tiempo, prensa y debates a un asunto sin importancia cuando hay problemas más urgentes en este país.

Las últimas noticias en cuanto al tema de la señorita abanderada es que ha pedido disculpas ante el señor ministro. Feliz 28, se habrán deseado mientras las páginas de esa revista pasan una y otra vez, los problemas del Perú no se solucionan porque se pierde el tiempo en asuntos sin relevancia y la bandera colocada en el balcón de mi casa sigue sin flamear, ofensas aparte.

Hello, Goodbye

Mi otro blog está nominado al concurso 20 blogs peruanos, pueden votar por él aquí.


sábado, 26 de julio de 2008

Nominación y Puntos de Venta de Cromosoma Z

Mi blog Cromosoma Z (www.cromzzz.blogspot.com) ha sido nominado en la categoría Literatura para el concurso de 20 Blogs Peruanos 2008. Espero puedan votar por mí a ver si quedo entre los 20 seleccionados o mejor aún, entre los 3 primeros.


Por otro lado, Cromosoma Z - El libro se está vendiendo a través de esta página y también en las librerías El Virrey y Kasa Tomada.

Gracias mil y gracias siempre por pasar por aquí.

Hello, Goodbye

jueves, 17 de julio de 2008

Entrevista a Miguel Ildefonso en Porta9 por Jennifer Thorndike

En Porta9 se ha publicado una entrevista que le hice al poeta y narrador Miguel Ildefonso. Les dejo la introducción y el link más abajo para que la lean completa.

Hello Goodbye


Miguel Ildefonso, poeta y narrador de la generación del noventa, acaba de publicar dos poemarios escritos durante la década pasada:
Los desmoronamientos sinfónicos (Hipocampo Editores) e Himnos (edición de autor). Conversamos con Ildefonso sobre los matices underground, artísticos e ideológicos de su literatura que, como él mismo afirma, forma una sola obra en donde su tarea es escribir... (sigue en Porta9).


Escombros - Columna #7 en Ekovoces

Escombros
(
Columna #7 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

Nadie podía creerlo. Recuerdo que ese día desperté temprano para ir al instituto. Mi papá me detuvo antes de que yo saliera y señaló el televisor. Las Torres Gemelas se están cayendo, me dijo mientras observaba atónito la pantalla. Pensé que se trataba de una broma o de uno de esos videos trucados por algún aficionado a los efectos especiales. Pero era real. Ese once de septiembre las Torres Gemelas se vinieron abajo junto con la seguridad que puede dar dos figuras que no sólo parecen indestructibles, sino incluso inmutables y eternas.

Recuerdo esto porque hace unos días estuve viendo un documental sobre el atentado, en el que se explicaba que las Torres Gemelas fueron construidas de tal manera que podían soportar el impacto de un avión. Sin embargo, las Torres no resistieron el ataque y cayeron una tras otra. No quedó nada más que los escombros (acero, drywall, madera) y los cuerpos de personas que no lograron escapar.

No lograr escapar de un edificio que se ha venido abajo debe ser terrible. No sólo porque se es consciente de que se puede morir en cualquier momento, sino por la angustia de permanecer por un tiempo indefinido bajo los escombros. Víctimas atrapadas gritando y pidiendo ayuda entre los restos de un edificio destruido por una acción que causa daños a terceros. Asocio esto con el divorcio de mis padres, al que veo como un recuerdo de destrucción cuya afectada principal yace entre los escombros de inseguridades, sentimientos inacabados y obsesiones de uno de los protagonistas que se proyectan (a falta del otro protagonista) sobre un tercero. Y ese tercero, fui yo.

La historia es simple: el padre deja la casa debido a constantes peleas. La hija apoya esta decisión porque cree que es lo mejor para la tranquilidad familiar; sin embargo, la madre se obsesiona con la hija como consecuencia del temor a la soledad. Esta obsesión se refleja en constantes interrogatorios (con la excusa de “saber que estás bien” o “tengo miedo de que te pase algo”) o amenazas (“si te vas, me muero”, “si me pasa algo, será tu culpa”), entre otras manifestaciones de ese victimismo tan femenino y latinoamericano que no solo asusta a la hija, sino que la llena de un sentimiento de culpa inculcado desde la niñez. ¿Les suena familiar? Quizá también les suene familiar el hartazgo, la liberación de la constante manipulación, la falta de cariño justificada, la sensación de que la relación se ha roto y de que el daño es irreparable.

Luego de haber visto ese documental pienso que la fragilidad de la familia y de estas personas que llamamos padres es similar a la fragilidad de las Torres que cayeron hace seis años. Impactadas por aviones, se vienen abajo una tras otra. Escombros, victimismo, afectados que son inocentes, gritos pidiendo ayuda, peleas constantes, bomberos intentando encontrar sobrevivientes, manipulación, miedo, angustia, hartazgo, tierra, restos, polvo. La fragilidad con la que se destruye el mundo (nuestro mundo) y la facilidad con la que todo cambia, incluso lo que parece ser más seguro e inmutable, deja atrapados a muchos que quizá nunca podamos ser rescatados.

Hello, Goodbye



domingo, 6 de julio de 2008

Entrevista en Educared

Gabriel Ruiz Ortega me hace una entrevista que ha salido publicada en la página de Educared. Pueden leerla en el enlace: Conociendo a la escritora: Jennifer Thorndike


¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?

Aunque no sea una acercamiento a la literatura per se, comencé jugando a cambiarle la letra a algunas canciones. Esto me llevó a escribir poesía a partir de los quince años y luego, cuentos. Así fue como decidí quedarme con la narrativa que es el género que más me gusta no sólo escribir, sino leer. En cuando a la lectura, el primer libro que tengo en la memoria es Mi planta de naranja lima que lo leí probablemente a los nueve años. Siempre me gustó leer, primero por placer y desde que comencé a escribir, por explorar técnicas, estilos, temas o buscar motivación para continuar con mi obra.


¿De qué nutriste tu imaginación para escribir tu libro?

Cromosoma Z es un libro que tiene cuentos que podrían encajar dentro de las historias que he vivido u otras que me han contado. Por supuesto que estos relatos han sido manipulados y reescritos para crear otros en los que quizá quede muy poco de lo autobiográfico, pero es innegable que la primera fuente está en las experiencias del autor. Por otro lado, existen historias y elementos para enriquecerlas en todos los lugares y personas y éstos se presentan en cualquier momento o situación. Todo está ahí, sólo hay que saber reconocer qué es lo que sirve para la historia que quieres contar.


Algún libro en especial que tuviste presente mientras escribías tu libro.

La verdad, ninguno en especial. Cuando uno escribe, creo que se vuelve mucho más perceptivo y todo lo que está alrededor influye en la escritura. Podría decir que Cromosoma Z tiene mucho de escritores como Hesse, de cineastas como Almodóvar, de músicos como los Beatles y de situaciones y elementos extraídos de la realidad entre otras influencias que se mezclan para crear con las palabras una historia que no ha sido contada antes.


¿Qué autores son los que conforman tu canon personal?

Hesse me acompañó durante mi adolescencia. Ahora Luisa Valenzuela, Kawabata, Vallejo, Varela, Bellatín, Carver, Tabucchi son algunos de mis autores favoritos, aunque sigo leyendo mucho y descubriendo cada vez a más autores que influyen no solo en la manera de escribir, sino también de apreciar la literatura.


¿De qué va tu próximo libro?

Todavía no lo sé, de lo que sí estoy segura es que no tocará la misma temática que el primero y además, tendrá variaciones en el estilo. Hace un tiempo que estoy explorando nuevas maneras de escribir porque quiero hacer algo que supere y que sea diferente a mi primer libro. Un escritor está en la eterna búsqueda de un estilo propio y que para eso debe innovar, no quedarse en lo seguro, sino arriesgar y encontrar esa voz que lo haga único.


¿Cómo es tu método de trabajo?

En realidad, no lo tengo. Es criticable no tener una rutina de escritura, pero en mi caso, de momento no funciona así. Yo escribo cuando tengo ala necesidad imperiosa de hacerlo y a veces esa necesidad no se presenta a diario. Creo que hay tantas maneras de escribir como escritores hay en el mundo y en cuanto esto funcione para uno, entonces ese método de escritura es tan válido como cualquier otro. Finalmente, lo que cuenta es la obra terminada.

Hello Goodbye

Mea Culpa - Columna #6 en Ekovoces y mención Perú 21

Mea Culpa
(Columna #6 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

1
Hace algunos años veo series de animación japonesa y, hasta ahora, la que más me ha gustado es Evangelion. La trama gira alrededor de una institución gubernamental llamada NERV, que ha sido creada para frenar el ataque de dieciocho ángeles enviados por Dios para causar lo que ellos llaman “el tercer impacto”, lo que destruiría la tierra. He visto la serie dos veces, y en ambas ocasiones he intentado averiguar cuál es el motivo de la molestia de Dios, una molestia tan grandiosa que lo motiva a tratar de destruir su creación por tercera vez luego de que los dos intentos anteriores terminaran, respectivamente, con la extinción de los dinosaurios y el derretimiento del Polo Sur. Pero nunca se explica el motivo. Finalmente, lo que me quedó de esta serie es el acertado slogan de NERV: Mientras Dios esté en el cielo, todo está bien en la tierra.

2
Fui educada durante doce años en un colegio católico. Ahí aprendí que morir un lunes puede condenarme al infierno si no he ido a misa el domingo, que masturbarme no es una exploración del cuerpo, sino un acto terrible, que no puedo recibir la comunión sin antes no he pasado por confesión, que por lo menos una vez por semana hay que soportar la humillación de ese sacramento porque casi todo lo que uno hace encierra un halo de maldad, que el diablo está todo el tiempo rondando y que aprovecha que bajemos la guardia para hacernos cometer pecados inimaginables, que todos los métodos anticonceptivos artificiales están penados en el catecismo y que acostarme con alguien antes del matrimonio me da pasaporte visado para arder en el fuego eterno. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, tres golpes de pecho y un rosario completo, señorita, a ver si así salva su alma. Y bájele la basta a esa falda que parece una mujer de la calle. Amén.

3
Paradójicamente, mi alejamiento de la religión comenzó después de que recibí el sacramento de la confirmación. Quizá yo esperaba que recibirlo fuera una epifanía que aclarara mis dudas o que me mostrara un camino. Nada de esto sucedió cuando me dieron la cachetada ni cuando canté una canción que en la letra decía “aquí estoy Señor, te escuché llamándome en la noche, te seguiré si me guías”. Sin embargo, se puede vivir sin epifanías, pero no con el cargo de consciencia impuesto como método de abyección durante tantos años. La razón que me alejó definitivamente de la Iglesia fue mi bisexualidad. No me pareció coherente profesar una religión que me decía que querer o desear a una persona de mi mismo sexo era un pecado que me condenaba a la castidad de por vida y, en caso de no cumplirla, al infierno eterno en mi post-vida. Hasta ahí llegó mi relación con la Iglesia. No podía seguir cargando con una culpa que no tenía ninguna razón de ser.

4
En el 2005, cuando viajé a México, conocí a varias practicantes del Wicca, una religión no oficial que cree en la divinidad masculina y femenina y en los poderes de la naturaleza. Recuerdo que sus prácticas me llamaron la atención y que me vi tentada a continuar con el proceso de aprendizaje, sobre todo cuando visité la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, y no pude entrar a visitar la iglesia porque sentí una extraña energía que me expulsaba de ella. Mi retorno a Lima terminó con mi experiencia wiccana, tanto como no poder entrar a esa iglesia me dejó claro que ese camino ya se había cerrado para mí.

5
Lo irónico del asunto es que mi mejor amiga es la encargada del programa de confirmación de mi colegio. El año pasado me invitó a que la apoyara en el retiro a pesar de que yo no practico una vida católica. Creo que no me confieso desde la confirmación, le dije, si voy será para contarles mi experiencia de vida y no para motivarlas a que sean buenas católicas. Y fui. Sé que con esa invitación, ella intentaba hacerme regresar a la iglesia, pero en esos días de recogimiento tampoco hubo epifanía, solo un afán de búsqueda que me llevó a otras ideologías y me alejó aún más de la santidad.

6
Mea culpa, debe andar diciendo Dios cuando ve que alguien se aleja de Él por culpa de la Iglesia. Quizá por eso anda tan enojado. Esperemos que siga en el cielo para que todo esté bien en la tierra.

Hello, Goodbye

Por otro lado, como dato curioso salió una mención de mi blog personal en Perú 21. La nota la pueden ver aquí: Cromosoma Z en Perú21


martes, 24 de junio de 2008

Marcha sin asfalto - Columna #5 en Ekovoces

Marcha sin asfalto
(Columna #5 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

¡Quiero esa sombrilla que tiene los colores del arco iris!, grita una de sus amigas mientras los carros alegóricos se estacionan en la Plaza Francia. La marcha termina, pero la fiesta recién comienza. Muchos se organizan para continuarla en otros lugares, alguien sugiere ir al pub de moda. Camino al lugar, ella piensa en los pocos logros de aquella comunidad y en el poco sentido que tiene celebrar con una marcha en la que se camina por un terreno todavía arenoso.

El año pasado participé por primera vez en la Marcha del Orgullo Gay. Días antes me invitaron a la principal ONG que defiende los derechos de homosexuales, bisexuales y transexuales. Vi videos de las marchas anteriores y comprobé que abundaba lo pintoresco y faltaba lo ideológico. A pesar de todo, decidí ir. Me encontraría con un grupo de amigas en el Campo de Marte para unirnos a la marcha. Una invitación de última hora me permitió participar en el evento montada en un carro alegórico.

Varias personas criticaron mi decisión. Dijeron que era tonto celebrar un día del “orgullo gay” porque no tenía sentido estar orgulloso de la orientación sexual, sea cual fuera. Luego continuaron diciendo que no tenía sentido participar en una marcha a la que solo asistían los personajes “escandalosos” de la comunidad (entiéndase, drag queens). Levanté una ceja y respondí que los drag queens estaban como una parte representativa y lúdica de la cultura gay, pero que no eran los únicos y que se necesitaba la presencia de personas que no practicaban la transformación para desterrar el estereotipo de que eso es lo único visible de la comunidad. Finalmente, me dijeron que la marcha no tenía ningún sentido, que no tenía ningún propósito. Dije que cada participante le otorgaba a la marcha su propio sentido. En mi caso, creía que era necesaria la visibilización, que en una sociedad como la limeña se tenía que demostrar que la comunidad existe y que eso traería como consecuencia la aceptación paulatina de orientaciones sexuales diferentes a la heteronormativa. Ahora pienso que estaba equivocada.

Como ya he mencionado, “marché” en un carro alegórico. Desde ahí escuché el apoyo de curiosos que acompañaron el recorrido ondeando banderitas multicolor como si de verdad fueran parte de la marcha. También escuché los insultos de gente irrespetuosa, retrógrada e ignorante. Vi tantos drag queens como personas que no practican el transformismo. Escuché a varios colectivos que gritaban arengas y portaban pancartas con lemas en los que se marcaba una ideología. Vi personas enmascaradas, hecho que respeto, pero no comparto (no le encuentro sentido a visibilizarse en una marcha sin hacer visible tu identidad). Finalmente, cuando todo terminó, sentí que la marcha es una celebración que carece de la fuerza necesaria para marcar un hito dentro de la historia de la comunidad.

Eso es lo que ahora me motiva a reflexionar sobre el verdadero sentido de la marcha. En países en los que se avanzado mucho más en cuanto a derechos LGTB, la marcha puede y debe ser una celebración, pero acá no puede quedarse solamente en eso. Siempre he sentido que la comunidad LGTB peruana no tiene fuerza, que el miedo y las segregaciones dentro de los mismos grupos no abren el camino para llegar a objetivos concretos, sino que los diluyen en el tiempo sin lograr absolutamente nada. Lo mismo sucede con la marcha. Se realiza hace varios años, pero ¿se ha logrado algo con ella? ¿Sirve tomar las calles y marchar por objetivos intangibles, por leyes que tardan eternamente en ser aprobadas porque sólo un sector mínimo de la comunidad se la juega en el terreno de lo legal, visible y lo que es verdaderamente arriesgado? No aliento a la violencia, sino a la acción, pero a la acción que muestre un resultado. Que seamos nosotros los que podamos ver justicia para la gente despedida de sus trabajos o maltratada de cualquier forma debido a su orientación sexual. O que las parejas compuestas por personas del mismo sexo puedan acceder a los mismos derechos (y deberes) que tienen las parejas heterosexuales que están casadas.

En Perú no hay nada que celebrar. La Marcha del Orgullo grita sin voz, protesta con pancartas que luego irán al tacho de basura y transita por un sendero que ni siquiera está asfaltado.

Hello Goodbye


viernes, 20 de junio de 2008

Todo sigue igual - Columna #4 en Ekovoces

Todo sigue igual
(Columna #4 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

La muerte me ha rodeado en estos días, no porque alguien cercano haya fallecido, sino por las innumerables referencias que aparecen a mi alrededor. Un libro, un choque intempestivo, un correo anunciando la muerte de un poeta. Apago la luz y le doy play a la película.

Estoy leyendo dos novelas al mismo tiempo. En Salón de belleza de Mario Bellatín, el protagonista ha convertido su peluquería en un “Moridero”, un lugar a donde la gente infectada de sida va a morir. Enterrar a los muertos en una fosa común es para el protagonista un acto mecánico que no le despierta ningún sentimiento. El otro libro es Elegía de Philip Roth, que comienza con un velorio, un velorio normal en el que ocho personas normales rodean a un difunto completamente normal. Una persona más que ha muerto. Nada pasa, todo sigue igual.

El sábado regresaba a mi casa en un autobús que chocó. Cerré los ojos y sentí el impacto. Mi pierna quedó doblada hacia atrás, caí encima del pasajero que tenía enfrente, los choferes se mentaban la madre y las sirenas de la policía se escuchaban más cerca. Bajé del vehículo y caminé a casa con la sensación de no estar en la realidad. El celular en la oreja timbraba sin que nadie me contestara. Pero no pasó nada. No hubo muertos ni heridos. Pero si los hubiera habido, tampoco hubiese pasado nada. Apago el dvd y me acomodo para dormir.

La película se llama Irreversible. La historia está contada al revés (del final al principio) y trata de una venganza: una mujer es violada y golpeada hasta quedar en coma y su pareja, al enterarse, va en busca del violador para hacerle pagar el crimen. “El tiempo lo destruye todo” es la frase que se maneja dentro de la trama y al final (o al principio) todos pagan por esa destrucción. Pero todo queda ahí. Una combi choca, una mujer es violada y no pasa nada. En Cuando ella era buena, otra novela de Philip Roth, el lector sabe que la protagonista va a morir. A medida que avanza la historia queda en evidencia que no ha hecho absolutamente nada fuera de lo que hacemos todos. Muere enterrada en el hielo y su familia la llora. Luego, todo sigue igual.

Me pregunto qué pasaba si en ese accidente del sábado alguien hubiera muerto, y si esa persona era yo. No tardo demasiado en saber la respuesta.

Hello, Goodbye


sábado, 7 de junio de 2008

Perfil de Jennifer Thorndike - Omar G. Villegas, Universidad de Salamanca

Hace un tiempo, una profesora alemana llamada Diony Duran se contactó conmigo porque estaba buscando nuevas escritoras latinoamericanas para incluirlas en un curso que dictaría en la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca. Así, en una de sus clases se analizó el cuento "Porcelana". Después uno de sus alumnos, Omar G. Villegas, decidió realizar su trabajo final sobre mi obra. Después de varias entrevistas vía correo electrónico, este fue el resultado. Muchas gracias a ambos por el interés en mis letras.

Hello, Gooodbye

JUEGA A SER DIOS


Omar G. Villegas
Universidad de Salamanca
Periodista mexicano y estudiante del Máster en Estudios Latinoamericanos


“Dicen que soy una niña mala y que estoy loca. Quizá tengan razón”. La joven escritora peruana Jennifer Thorndike (Lima, 1983) ha despabilado a las letras de su país con una actitud transgresora y desafiante que la hace declarar sin ambages: “Soy escritora y también diseñadora, bisexual, feminista y activista por la diversidad sexual”.

Jen, como la llaman, es integrante de esa generación de rompimiento de los paradigmas tradicionales. Los escritores noveles en Latinoamérica definen una postura intelectual y política cada vez más temprana, y con firmeza. Los prestidigitadores posmodernos se hacen oír, y lo hacen desde todos los medios y despojados de lastres.

El año pasado, la autora despertó la curiosidad del ambiente literario limeño con la publicación de su primera compilación de cuentos: Cromosoma Z (2007), un crisol de relatos cortos que, a partir de técnicas narrativas experimentales, propone historias urbanas de locura, bisexualidad, pasiones desbordadas, violencia o fetichismo.

***

Jennifer es una apasionada absoluta de la literatura. La disfruta y ejercita desde los 15 años. “No hay nada que me haga sentir lo que me hace sentir la literatura”, asegura. “El hecho de jugar a ser Dios, de destruir y construir mundos, produce una sensación indescriptible y es un proceso intelectual enriquecedor”.

¿Cómo es que se puede definir una vocación de forma tan temprana y decidida?
Escribo desde que tengo quince años, creo que desde ese momento supe que era lo que quería hacer. Escribir para mí es una pasión, es lo que más me hace feliz, pero como todos los escritores somos una contradicción (como dice Marguerite Duras), escribir no es sólo un placer, sino es estar comprometido con uno mismo. Y ese compromiso trae responsabilidades, siendo la principal ser consciente de que lo que haces es lo que de verdad quieres hacer, y va en relación con lo que quieres conseguir.

¿Cómo se asume una identidad transgresora a tu edad y en tu contexto en particular? ¿Te apoya tu familia? ¿Tus amigos qué te dicen?
Es muy difícil. Creo que todavía hay mucho miedo, miedo a perder lo que se tiene y que se podría dejar de tener por revelar una identidad sexual diferente a la heterosexual. Lo único que queda es, como decimos acá, zurrarte, que es no tomar en cuenta lo que dicen los demás para tratar de ser quien en verdad eres y no vivir una doble vida. Eso es lo que he hecho, pero siempre hay un precio que pagar, eso no lo dudo. En mi caso, he preferido hacerlo porque considero que no hay nada malo con lo que hago y merezco el mismo respeto que cualquiera; además siempre he buscado hacer aquello con lo que me siento más feliz. Considero que he tenido mucha suerte, pues tanto mi familia como mis amigos cercanos han respetado mi orientación sexual sin ningún tipo de rechazo. Sé que esto no pasa siempre, sé de historias de salidas del closet dolorosas y terribles, por eso me considero afortunada.

Al parecer en Latinoamérica los canales de movilidad y expresión se amplían cada vez más como para permitir la emergencia de identidades distintas con mayor prontitud. ¿Perú es un país menos conservador hoy?
Se ha avanzado mucho en ese tema, pero siempre existe la controversia, el rechazo y hasta discriminación hacia ciertos temas. Sin embargo, las nuevas generaciones (los chicos que ahora tienen entre 14 y 16 años) son más receptivas y toman estos temas con una mayor naturalidad.

Como escritora joven, ¿qué tan importante es para ti la formación académica?
Es importante en cuanto se sepa reconocer qué es lo que es verdadero o falso para uno. No todo lo que dicen es siempre cierto o una verdad absoluta, es importantísimo formarse una opinión y voz propia. De hecho sí creo que hay que leer mucho y que hay que conocer la técnica, pero la capacidad de creación no te la puede enseñar nadie.

¿Qué tipo de carrera y literatura estás interesada en desarrollar?
Ninguna, justo me lo preguntas cuando he pasado por una crisis vocacional fuerte. Lo que sucede es que estaba decidida a estudiar literatura (algo que no pude hacer cuando terminé el colegio), pero me he dado cuenta que la vida académica no es mi fin. Lo que quiero hacer es escribir, no enseñar literatura, no ser investigadora o crítica de textos. Es por eso que decidí no entrar a la universidad, creo que el oficio de escritor se cultiva escribiendo, ejercitando la escritura, recibiendo y aceptando críticas constructivas para mejorar la técnica (que debe ser el camino para encontrar un estilo propio) y leyendo mucho, seleccionando las lecturas de las que puedes sacar algo.

***

Hace frío en Lima y Jennifer está feliz. “Adoro el invierno”, comenta. En una de las diversas entrevistas electrónicas que dieron origen a este trabajo platica sobre aquel impacto tan terrible de las crisis profesionales y las decisiones que ella, ahora, a sus 25 años, debe tomar: trabajo, profesión, universidad, escritura.

“Yo estuve convencida de querer estudiar literatura por ocho años y me metí a la pre para entrar a la universidad estatal (porque la otra donde enseñan es demasiado cara), para darme de narices contra todos los cursos, porque los que ya sabía me aburrían terriblemente, los que no... pues no me interesaba aprender sobre ellos. Ahora, no he desistido”.

¿Y no has pensado en migrar?
Pues pensé mucho en irme a Argentina, primero porque ahí la universidad es gratuita y segundo porque creo que quizá ahí podría encontrar lo que quiero en cuanto a literario, pero al final sigo acá. Supongo que primero tendría que ver cuán factible es y cuán cómoda me siento en otro lugar que no es Lima para poder tomar una decisión tan importante.

Jen no es la única joven que ha sido desencantada por el acercamiento académico a la literatura. “Quizá es así siempre”, dice. “La teoría, el canon, te sirve para hacer libros aceptables, quizá buenos, pero que no van más allá... entonces para escribir todo es muy relativo. Se debería tratar de innovar, de reinventar. Creo que escribir es una constante búsqueda de fondos y de formas.”

¿Entonces te dedicarás sólo a escribir?
Qué más quisiera yo que solamente escribir, debe ser el sueño de todo escritor, pero, lamentablemente, a menos que seas un best seller, no se puede vivir de eso. Yo estudié diseño publicitario y digamos que es lo que me da de comer. La verdad es que ahorita estoy pasando por un momento en mi vida en que siento que tengo que tomar muchas decisiones y todavía no tengo las cosas muy claras. Por eso no estoy trabajando (en un trabajo fijo, pero sí como free lance) y quiero también investigar para escribir mi segundo libro, porque querer escribir es lo único que tengo claro... y querer escribir algo que supere lo que ya he escrito antes.

***

Por cierto, ¿tú apellido de qué origen es?
Mi apellido es inglés, de por allá viene, pero acá en Perú estamos hace muchos años, tantos que nadie vivo ha conocido a algún pariente inglés.

Inglaterra y Perú, dos polos en convivencia, como la propia personalidad de Jennifer. Las fotografías y videos la revelan como una joven entre tímida y desfachatada, expectante y dinámica: una observadora observada. En sí misma es un personaje y lo más cercano a lo que en este mundo homogeneizado podría denominarse auténtico.

La joven escritora es capaz de combinar un activismo decidido con un gusto por la acción individual; la provocación social con la intimidad de la escritura; a Mecano con Marguerite Duras, a la que refiere constantemente.

Sus aficiones apuntan en distintas direcciones: los Beatles, Chavela Vargas, Pedro Almodóvar, Lila Downs, Quentin Tarantino, José Saramago, Lewis Carroll, David Trueba, Joaquín Sabina, Alex de la Iglesia, Joan Manuel Serrat, el cine, la fotografía, el ánime, la cultura japonesa y el diseño.

Sus lecturas son, también, polifónicas: El lobo estepario, Cien años de soledad, Alicia en el país de las maravillas, Memorias insantas, Ensayo sobre la ceguera, La vida exagerada de Martín Romaña. Luisa Valenzuela, Anne Rice, Yasunari Kawabata, César Vallejo, Blanca Varela.

¿Son las lecturas que te alimentan como escritora?
Puede ser. Cuando uno está escribiendo algo, se vuelve mucho más receptivo, todo el entorno puede influirte. Desde una forma de escribir hasta una casa abandonada que viste mientras viajabas en autobús. Ahora, la cosa es encontrar una voz propia, un estilo y eso es muy difícil. O sea, que no te copies de nadie, pero pienso que para eso se necesita un proceso de aprendizaje y experimentación. Alicia en el país de las maravillas es uno de mis libros favoritos, grande Lewis Carroll, el nonsense es una corriente que me encanta, muy difícil de reproducir con calidad. De Saramago, pues el Ensayo sobre la ceguera fue una novela que me hizo preguntarme qué haría yo en esa situación. Hesse me acompañó a lo largo de mis años de adolescencia. El lobo estepario es un libro con el que me identifico muchísimo. Almodóvar es un maestro, pero prefiero al Almodóvar desenfadado, aunque todas sus películas me fascinan menos dos: Laberinto de pasiones y Carne trémula. Habrás visto que admiro a Carmen Maura y que por ejemplo, en “Volver”, su actuación influye mucho en la trama. Eso hace que la película se torne más interesante y que tenga más matices, a pesar de que creo que no es lo mejor que ha hecho el director.

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Internet es un campo de actividad relevante para Jennifer. En este espacio libre y desbordado publica cuentos, artículos periodísticos, entrevistas, charlas, comentarios. También difunde críticas, análisis de su trabajo y videos de presentaciones de sus libros o de eventos artísticos en los que ha participado.

Su blog Cromosoma Z (cromzzz.blogspot.com/) es una ventana a su obra y su labor intelectual. “El nombre nació como algo simbólico, no diferencial, mas sí representativo y referencial de mi orientación sexual. Luego le otorgué ese nombre también a mi primer libro”, aclara en el sitio web.

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¿Y cómo es tu proceso de escritura y propiciación de ideas?
Las ideas están en todas partes. A veces en cosas que ves, en cosas que te pasan, en cosas que te cuentan. A mí me ha pasado que he estado en un bus o caminando y tengo una idea o veo algo que puedo usar y siento que va a servirme para lo que escribo. A eso le llaman el "germen", a veces hay ideas que te parecen muy buenas en un principio, pero luego no toman forma y también otras que no te convencen mucho, pero que de pronto encajan en un texto. El proceso de escritura para mí va así: yo escribo cuando siento la necesidad imperiosa de hacerlo, está mal quizá no tener una metodología, pero creo que no hay fórmulas perfectas para esto, cada escritor tiene su forma y en cuanto a él o ella le funcione, pues está bien.

¿Cómo conviven tu identidad sexual y activismo con tu escritura?
En realidad siempre hay temas que aparecen cuando escribo, algunos tiene que ver con mi activismo o con mi identidad sexual, otros no. Creo que aparecen en medida que se necesitan para lo que esté escribiendo. De hecho, el tema del encasillamiento siempre es un problema, no quiero que se piense que de lo único que puedo escribir es de identidades sexuales, pues eso sería ponerme un límite a mí misma y a mis letras. Para Cromosoma Z fue necesario seguir con esa línea, pero yo no sé si eso también se muestre en mis siguientes libros.

Y para una escritora joven, bisexual, activista, ¿qué tan complicado es desenvolverse en el ámbito editorial de tu país?
Ahora hay editoriales que están más abiertas en cuanto a los temas, más abiertas también a publicar gente nueva, no se cierran como las editoriales grandes, apuestan por otros escritores y por otros públicos. Considero que para un novel siempre dar el primer paso es difícil, independientemente de ser mujer, bisexual, etcétera. Uno tiene que esquivar prejuicios, negativas, entre otras cosas. El tema económico también juega un papel importante, pues la mayoría de las editoriales independientes trabajan con coediciones. Es un trabajo fuerte, pero creo que en cuanto encuentras a alguien que realmente está dispuesto a apostar por tu trabajo, y tu trabajo es bueno, las cosas comienzan a caer por su propio peso.

¿Cómo describirías, entonces, el entorno literario peruano actual?
Hay muchas editoriales independientes que apoyan a los nuevos escritores o escritoras, eso es bueno para nosotros y también para los lectores, quienes están en todo derecho de tener más opciones de donde escoger. En cuanto a lo de la crítica, prensa, es un tanto difícil internarse, pero yo he trabajado mucho para poder conocer gente, para encontrar a personas que puedan apoyarme, gente que ha creído en mi trabajo y que me ha ayudado a continuar. Un escritor novel tiene que moverse para hacerse conocido. Si no lo hace uno mismo, nadie se mueve por ti.

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La obra de Jennifer Thorndike está poblada de personajes aquejados por la frustración. Las voces son de antihéroes, seres afectados por amores perversos, imposibles, subversivos. Sus hábitats suelen ser espacios cerrados en los que los secretos son como ácidos que carcomen a las soledades que ahí moran, a esas subjetividades marginales por convicción propia o a consecuencia de eventos ineludibles y trepidantes.

Los contextos externos son usualmente convulsos. La violencia es contundente y abarcativa. Se filtra en las rasgaduras más finas; convive con una sensualidad heterodoxa y con discursos relacionados con el feminismo y la diversidad sexual, con la juventud y la convulsión de una urbe, Lima, en constante movimiento.

La intertextualidad es recurrente. Un caso obvio es “Alicia en el diario”, una referencia a “Alicia en el país de las maravillas”. La niña del cuento narra con faltas de ortografía y un lenguaje infantil el enamoramiento que siente por una compañera bonita y popular de la escuela; alrededor de ella bulle una realidad implacable, encapuchada como los hombres que secuestran a Alicia, su amor platónico.

En “Porcelana” se plantea la relación fetichista entre una adolescente y su muñeca. Heridas que indican un placer masoquista, el cuerpo como herramienta/campo de trasgresión, la dicotomía voz (adolescente) y silencio (muñeca); la incomunicación: charlas unidireccionales. Lo humano y lo inanimado entremezclados. La muñeca, además, emparenta a este texto con el surrealismo.

“Polvo”, en tanto, es una ficción vehemente de explotación, dependencia, sumisión, acecho. He aquí un muestrario del magma que ha atizado a la literatura limeña contemporánea. Y si se desgajan y se hurga en los relatos, se podrán encontrar las motivaciones de una autora en proceso de búsqueda de su estilo narrativo, y empeñada en conseguirlo.

***

Insisto en tu juventud e inquietud, porque al parecer si algo puede caracterizar a las nuevas generaciones es, precisamente, su alienación, su pasividad, su conformismo.
Lo que pasa es que creo que lo que hay es una gran falta de ganas y mucho desencanto por lo que han hecho las generaciones que nos precedieron. Y también una eterna duda: ¿hacia dónde ir? ¿Individualismo o colectividad? Otra de mis contradicciones es que yo tiendo al individualismo, es por eso que no milito en ningún grupo a pesar de tener ideas "colectivistas" como el feminismo y la lucha de derechos para la comunidad Lésbico Gay Transexual Bisexual (LGTB). ¿Tú entiendes por qué siempre estos grupos tienden a la izquierda radical? Acá se hizo la Cumbre de la Unión Europea y, paralelamente, se realizó una Cumbre de los Pueblos. ¿Cómo es que estos grupos pueden invitar a Evo Morales o a Hugo Chávez para que vayan a hacer el cierre? ¿Qué tendrá que ver el feminismo y la lucha por la igualdad LGTB con ellos? Esto estaba en uno de los lineamientos de la cumbre. Entonces, citar a estos personajes no creo que ese sea el camino para llegar a estos objetivos.

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Jennifer exploró la poesía, pero la dejó para dedicarse a la prosa. Ahora, entre esas decisiones por tomar, está la de seguir o no con los temas que hasta el momento la han cautivado y que, a su vez, la han proyectado como una representante de la nueva literatura peruana, una contestataria y sin inhibiciones, una que procede de los sustratos menos céntricos, una que empieza a exigirle espacio a escritores como Jaime Bayly (Lima, 1965).

“Estoy casi convencida de que mi segundo libro no hablará de lo que he escrito hasta ahora. Estuve escuchando a un escritor peruano ya mayor quien dijo algo que me pareció sumamente coherente: que para ser un escritor libre uno tiene que liberarse de los ismos. Lo cual, para mí, no quiere decir que dejaré de lado lo que creo, pero sí que mi literatura no sea necesariamente de eso. Me parecería, por ejemplo, completamente aburrido crear personajes mujeres y que todas fueran feministas porque yo lo soy”.

***

Jen se despide con esa cordialidad que siempre demostró en las constantes charlas vía correo electrónico entre ella y el entrevistador. Y así se cierra, por el momento, una pequeña exploración por la obra de una joven comprometida con su escritura, de una autora en ciernes y entusiasta. Sí, la “niña mala” dice adiós con toda compostura, aunque, seguramente, con una de esas miradas de reojo incisivas, lúdicas, irónicas, que la han transformado en una subversiva peculiar, posmoderna, bisexual y activista.


viernes, 30 de mayo de 2008

Precaución entre cumbres - Columna #3 en Ekovoces

Precaución entre cumbres
(Columna #3 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

El micro ha dado tantas vueltas que ya no sabes dónde estás. Sólo confías en que entre ese caos de pistas rotas, calles cerradas con rejas y veredas adornadas con más policías juntos que los que has visto en toda tu vida puedas llegar por lo menos cerca del paradero en el que tienes que bajar. Te quejas en voz baja creyendo que nadie te escucha, pero el cobrador te mira y levanta una ceja. Señorita, a nosotros también nos han cagado, dice. Tú le volteas los ojos, luego los cierras. Un frenazo en seco, varios gritos y la sensación de ingravidez te indican que bajarás en un lugar al que ese día no pensabas llegar.

El micro (autobús) en el que viajo para llegar a casa ha dado tantas vueltas en los últimos días que ya no sé si la ruta que sigue es la que me deja más cerca de la calle en donde vivo. Lo primero en aparecer fueron unos paneles de la municipalidad que indicaban que se realizarían obras “para mejorar nuestra ciudad”. Firmaban el aviso el alcalde de Lima y esas siglas mágicas que justificaban el motivo para la ejecución del trabajo: APEC 2008 – Rehabilitación de la Avenida X. Luego emergieron unas mallas anaranjadas que impedían el paso para finalmente observar pedazos de pavimento y maquinaria pesada que con cada movimiento parecía repetir el terremoto de agosto del año pasado. Vamos a arreglar la ciudad porque la cumbre APEC va realizarse en Lima este año, parece que gritaran todas las obras que se están haciendo – a la vez – en la ciudad y que entorpecen aún más el tránsito en la ya congestionada capital peruana.

Para complicar un poco más la situación, con motivo de la V Cumbre América Latina, Caribe y Unión Europea que también se realizará en Lima, se han cerrado con rejas, policías, guardia de asalto y hasta tanquetas algunas de las principales arterias por donde se movilizan rutas que conectan puntos importantes de la ciudad. La visita de la mayoría de mandatarios de los diferentes países del mundo ha puesto en alerta máxima a las fuerzas del orden. Ayer regresaba en micro del Centro de Lima y vi a la policía montada paseando por la avenida Arequipa. Saqué mi celular y le tomé una foto. Me hizo mucha gracia ver a los equinos confundidos entre el tráfico y algunos escolares que tan sorprendidos como yo, intentaban acercarse y acariciar la cabeza adornada con pompones del caballo más pintón. Cuánta precaución, cuánto miedo, pensé.

Esta divagación me hizo recordar que Melissa Patiño, una joven poeta acusada de terrorismo y encarcelada durante dos meses sin pruebas, había sido liberada el día anterior. Una de las acusaciones (sin pruebas, repito) que pesaba en su contra era que estaba planeando atentar contra las cumbres. El micro cayó en un bache, yo subí el volumen de la música. Una curva peligrosa complementada con una carrerita entre choferes para ganarse al siguiente pasajero me transportaron a otra noticia de los últimos días: la revuelta de los alumnos sanmarquinos y la intervención de la policía en la universidad. Más de quince alumnos presos, otros dos heridos de gravedad, un vehículo incendiado y destrozos, todo por protestar contra la construcción de un bypass (que tiene cerrada la avenida Venezuela aproximadamente desde septiembre), el cual invade parte del terreno ocupado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, decana de América, pública, laica y según informes oficiales, abarrotada no de estudiantes, sino de revoltosos.

Desvío. Parecía que después de unas cuadras el micro regresaba a la ruta habitual. Bajé el volumen, pensé en la columna que debía escribir. He dado tantas vueltas a los temas, que sólo se me ocurre escribir sobre eso: vueltas, curvas, noticias sueltas, historias fragmentadas, frenazos. Una calle cerrada volvió a alejarme de la ruta. Fruncí el ceño. Me bajé. Preferí caminar, correr como los alumnos del video captado en el momento de la protesta sanmarquina. Corre, carajo, corre, los tombos están entrando a la universidad. Los tombos no pueden entrar… Corre, te he dicho. Aquellas palabras y el sonido de las zapatillas haciendo fricción contra el piso retumbaban en mi cabeza. Todo parece indicar que la prevención está en su punto máximo de apogeo, un punto peligroso en donde justos pagan por pecadores y en donde nadie tiene seguro el camino de regreso a casa.

Hello, Goodbye

miércoles, 14 de mayo de 2008

Polvo de Jennifer Thorndike

Polvo


“Será que la necedad parió conmigo
la necedad de lo que hoy resulta necio
la necedad de asumir al enemigo
la necedad de vivir sin tener precio”

“El necio” – Silvio Rodríguez

***

Me di cuenta de que algo había cambiado en ti porque ese día caminé descalza desde la puerta de la casa hasta el sillón y sentí las plantas de mis pies ásperas. Me senté, y al levantarlas, noté que estaban grises. Nunca habías dejado que se acumulara ni la más delgada película de polvo en mis muebles, en mis adornos y menos en mi piso de parquet. Entonces sentí un escalofrío. Seguro habías decidido ignorar aquellas imposiciones patriarcales que te obligué a aprender y cumplir a cambio de un plato de comida y una cama caliente: limpiar, cocinar, hacer la compra, lavar la ropa, no tocar mis libros, no prender el televisor a menos que fuera para ver programas que no te hicieran razonar demasiado, pedir permiso para salir, hablar, pensar, callarte cuando hablo, callarte si no te hablo, salir acompañada, llegar a la hora exacta, arrodillarte como una perra y abrir las piernas cada vez que yo lo quisiera. Así me querías porque no tenías a nadie y tu necesidad era más grande que tu orgullo, ¿verdad? Siempre fue así, no lo dudo.

El día que te encontré, llevaba una fotografía de ella cuando era joven. Ella. Dicen que me parezco a ella, que heredé sus ojos. Y sus ojos me miraron desde esa fotografía que me sirvió de referente. Tenía que hallarla entre esas caras renegridas, esos cuerpos famélicos, esos pies sucios. Entonces te vi, fumabas con desesperación. Pasta, seguro. Seguro tenías hambre. Al verme estacionar el auto a tu lado, sonreíste con esa misma expresión adolorida que ella presentaba en esa foto que en ese momento arrugué entre mis manos. Además tenías las mejillas hundidas y esas piernas largas como postes de luz que me hicieron recordar todas las veces que ella se iba a trabajar vestida con minifalda y tacones y llevaba una maleta. Yo me reía a carcajadas porque sabía que no regresaría en varios días. Así era ella, no aceptaba tratos de una noche. Mínimo cinco días, mi amor, y estoy en dos horas donde quieras. Cuán feliz era yo en esos momentos, tan feliz como cuando bajé del auto, te tomé por la muñeca y te prometí todo cuanto pude prometer para que vinieras conmigo. Y en ese restaurante al que te llevé, atragantándote con un arroz chaufa, aceptaste para no volver a ese callejón que olía a mierda y para tener lo que nunca habías tenido, pero no para que yo hiciera contigo lo que no pude hacer con ella. ¿Por qué, qué he hecho mal?, preguntabas cada que terminabas sangrando, o tan cansada que no podías ni abrir los ojos. Porque ella también lo hizo conmigo y peor, peor… mejor huérfana, mejor huérfana, mejor huérfana, repetía como un mantra y luego te daba una bofetada en la boca para callarte y reírme a carcajadas cuando tus labios se teñían de rojo. Qué estúpida eras, qué tonta.

Pero sé que has cambiado, sé que algo tramas y te admiro porque yo hace tiempo hice lo mismo. ¿Y por qué conmigo? La venganza no era contra mí, preguntaste cuando te lo conté. Ella se largó cuando se dio cuenta que algo había cambiado en mí, se fue con la maleta, con los tacones, con la minifalda, cinco días, cinco nada más, cinco días y todo terminaría o comenzaría, pero no, no. Qué estúpida eres, qué tonta, me dijo y cerró la puerta sonriendo y tú te callas y cumples con tu papel, hija de puta, ¡no me vuelvas a preguntar por de ella! Ese día me miraste por primera vez con odio y probablemente, despertaste del letargo. Ahora te temo porque sé que me harás pagar por cada golpe, por cada marca, por cada violación, por cada plato lavado, por cada botón que has cosido, por cada noche que te la pasaste despierta por miedo a amanecer muerta. Mejor huérfana, dirás y yo sonreiré. Entonces no me voy, te espero, linda, te espero tanto como te quiero y como te admiro. Te espero fumando y con los pies sucios, tal y como te encontré.

© Jennifer Thorndike


Hello, Goodbye

Lee el análisis del cuento escrito por Esther Castañeda y Elizabeth Toguchi aquí

martes, 13 de mayo de 2008

Análisis del cuento "Polvo" por Esther Castañeda y Elizabeth Toguchi

Erotismo y fluir de la conciencia en “Polvo” de Jennifer Thorndike


Déjame que te cante como cuando eras mía,
hermanita silvestre, como cuando trepamos
el astro que salía a dormir soledades
entre nuestras pupilas destiladas de amor.

Julia de Burgos


Lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;
hablaba el impreciso lenguaje del torrente;
era un mar desbordado de locura y de fuego,
rodando por la vida como un eterno riego.

Delmira Agustini


Convencionalmente se dice del cuento en general que es una narración breve, oral o escrita y su objeto es producir un solo efecto en el lector. Revisamos «Polvo» de Jennifer Thorndike, porque después de leer su primer libro, Cromosoma Z esperamos otro discurso febril e intuitivo, no nos ha defraudado, aunque no nos gusta el tema de la violencia doméstica contra la mujer inserta en «Polvo», decimos que es un relato hábilmente trabajado, que se basa en la ambigüedad de su discurso. Imita un monólogo zigzagueante que sigue los cambios de ánimo de la personaje principal y con esta escritura imitativa volvemos al suspenso de las antiguas películas en blanco y negro que creíamos olvidadas, porque de eso se trata, de una demanda de afecto cuya respuesta se viene postergando. A lo largo del relato, estamos a la expectativa y es eso lo que caracteriza a «Polvo»: distender esa atmósfera enrarecida, tan espesa que se podría cortar, tensa como la cuerda de un violín, la magia es la fusión de crisis y cambios, a la espera de un final, intuido desde las primeras palabras.

El cuento de Jennifer Thorndike va precedido de dos marcas culturales que encierran parte de las claves del sentido, nos referimos por un lado al título, «Polvo», y por otro a los versos de la canción «El necio» del cantautor cubano Silvio Rodríguez instituido ahora como epígrafe. Respecto al título, el Diccionario de la Real Academia tiene entre sus acepciones, las siguientes: Del lat. pulvus, por pulvi. 1. m. Parte más menuda y deshecha de la tierra muy seca, que con cualquier movimiento se levanta en el aire. 2. m. Residuo que queda de otras cosas sólidas, moliéndolas hasta reducirlas a partes muy menudas. 3. m. Porción de cualquier cosa menuda o reducida a polvo, que se puede tomar de una vez con las yemas de los dedos pulgar e índice. 4. m. En el lenguaje de la droga, heroína2. 5. m. Partículas de sólidos que flotan en el aire y se posan sobre los objetos. 6. m. coloq. vulg. coito. Echar un polvo. 7. m. pl. Producto cosmético de diferentes colores que se utiliza para el maquillaje.

Para nosotras «polvo» es un término que en el cuento tiene varios significados dentro de ellos se adecúa tanto a la primera como a la sexta acepción, por un lado, indicaría el nombre de las partículas sólidas con un diámetro menor a los 500 micrometros, es el polvo de las casas, oficinas o sea el polvo doméstico y a este polvo se refiere el comienzo: «Nunca habías dejado que se acumulara ni la más delgada película de polvo en mis muebles, en mis adornos y menos en mi piso de parquet». Y por otro, el relato que se tiñe de una fuerte sensualidad, apunta también a la sexta acepción, nos referimos a coito o relación sexual. Si bien no se alude explícitamente, la relación entre las dos mujeres aparece como unión de instantes sexuales y como materia moldeable por parte de quien tiene el poder, mezclando recuerdos antiguos y recientes, abriendo un espacio de posibilidades. La autora une caracteres, niveles de vida, tornándose la relación que al inicio era sólo obsesiva entre las dos, en una relación agresiva y tierna (de dominante a dominadora).

La presencia de un fragmento de los versos de la canción «El necio» en la estructura narrativa, ha hecho que estas palabras sean una de las claves del relato, el contrapunto ha sido entresacar este fragmento (5 estrofa vv 29-32) de un total de seis estrofas con 36 vv y situarlo en el frontis de su relato, haciéndolo aparecer como una especie de pórtico. Luego, ha trasladado la tensión político-personal que rodea a la canción a una tensión más individual. Destaca en el fragmento, dos conceptos: persistencia y actualidad, la primera, expresada reiterativamente en la palabra «necedad» junto a ella y segundo, el presente en la palabra «parió» y en «hoy». En fin, lo tomamos como la consolidación de un tiempo que se hunde en el pasado para rescatar decisiones y recuerdos. Sabemos del nivel político que contextualiza la letra de Silvio Rodríguez y que él mismo ha declarado: «Cuando escribí «El necio», estaba pensando en Fidel y, hasta cierto punto, en mí. Todas mis canciones tienen inevitablemente una dosis fuerte de mis experiencias personales. Pero en este caso, lo que me llevó a escribirla fue el ambiente ideológico de finales de los 80, principios de los 90 [...]. De alguna forma, yo conté esa revolución que se estaba yendo abajo en la Unión Soviética y los augurios de la nuestra». Lo que es arriesgado narrativamente hablando es el contrapunto que ha optado la autora para lograr ese efecto de contraste y de reacción, no sólo trasladando espacial y visualmente este fragmento de «El necio» a «Polvo» sino también ha mudado la tensión. Si por ejemplo, en la canción aparece el verso «la necedad de vivir sin tener precio» en la narración figura: «Así me querías porque no tenías a nadie y tu necesidad era más grande que tu orgullo, ¿verdad?». En los dos hay una alusión a la ley del mercado: la oferta y la demanda, en ambos, la oposición de dos maneras de vivir, en ambos coinciden en la decisión final. Thorndike ha trasladado hábilmente la tensión político-personal a una tensión más social e individual, lo que logra un distanciamiento sui generis.

La estructura del cuento toma forma de espiral en donde las acciones y recuerdos se entrelazan, y se dan impulsos para una búsqueda amplia, febril e irrepetible, son acaso éstas acciones irracionales y por lo tanto absurdas de las que trata «Polvo». Estamos en el mundo de los sentimientos, no hay duda, y ante la ruptura de una relación de dominio y posesión, todo es posible. ¿Es la trama, una historia de amor? ¿Cómo se cuenta una historia de amor? Usualmente se sigue una secuencia temporal desde el inicio hasta el final o se altera estas marcas convencionales. Un tópico en literatura es, describir esta secuencialidad u orden lógico de las acciones en las relaciones afectivas. (Inicio + Solución al obstáculo 1 y 2, para terminar en un Final feliz.). Respecto al orden, la autora no hace distinciones, en el cuento hay un inicio, obstáculos (tácitamente salvados) y un desenlace, a pesar de la naturaleza atormentada de esta relación de afecto y necesidad entre dos mujeres con los niveles de conciencia; se maneja la complejidad de la memoria y fantasías para representar sensaciones y emociones, se asemeja a la caracterización que hace Lula Carson Smith más conocida como Carson McCullers en Reloj sin manecillas.

La relación afectiva irrumpe en la vida de las personajes y la descripción de pequeños detalles nos dan cuenta de los inicios y los finales de esta historia, en general, son síntomas ante los que la pareja sobrevive o se hunde. Son causa de «los cambios», «la transformación», «la modificación» o como se llame esa retroalimentación de los sentimientos y esa extraña retroalimentación es la atmósfera elaborada en «Polvo». «Me di cuenta de que algo había cambiado en ti porque ese día caminé descalza desde la puerta de la casa hasta el sillón y sentí las plantas de mis pies ásperas». Así comienza «Polvo» y ese dirigirse a una segunda persona en un discurso indirecto libre, advirtiendo cambios, apuntan a la última vuelta de tuerca en una relación amorosa.

En la escritura de Thorndike, hay un trabajo con el tiempo y éste se expresa en variantes envolventes, hay varios tiempos anteriores al comienzo del relato que se extiende sobre la protagonista como agua jabonosa. Asimismo, posesivos como: «mis muebles», «mis adornos», «mi piso de parquet», «mis libros», apuntan a una composición social y a una adaptación al poder económico, cuya reiteración es explícita y sofocante. Ese es uno de los logros del cuento, la creación de una atmósfera agobiante, posesiva y reiterativa, para ello Thorndike funda un espacio emocional, con el punto de vista de una personaje no importa que no sea la más atrayente, eso no interesa, lo que importa es que convenza, –que nos convenza–, pues el monólogo interior si bien es una técnica narrativa por medio de la cual se revela lo más íntimo, lo especial y atrayente de ella es conseguir que parezca que no es ficción, que se lea verosímil la representación del «discurso» interior y esto es un trabajo de orfebrería narrativa.

Thorndike menciona algunos conceptos que son enlaces de otras acciones, las concentra y, las vuelve más densas y tajantes «Nunca habías dejado», «Seguro habías decidido ignorar aquellas imposiciones patriarcales que te obligué a aprender y cumplir». En fin, como una caja china su estructura es de nunca acabar pero esta carga significativa habla bien del cuento. Porque no es sólo inspiración sino trabajo. Son 15 haceres y/o saberes en la socialización de esta mujer: «limpiar, cocinar, hacer la compra, lavar la ropa, no tocar mis libros, no prender el televisor a menos que fuera para ver programas que no te hicieran razonar demasiado, pedir permiso para salir, hablar, pensar, callarte cuando hablo, callarte si no te hablo, salir acompañada, llegar a la hora exacta, arrodillarte como una perra y abrir las piernas cada vez que yo lo quisiera».

La idea de que es una relación de dos mujeres las que hacen esta historia debería añadir una perspectiva diferente al relato. Tal vez un erotismo más sofisticado, pero, no es así, porque se repite y reproduce la violencia y el machismo. En esta «pareja» hay una proveedora y una persona sometida, hay una persona que tiene el poder económico y psicológico. Nos preocupa la presencia de un modelo patriarcal, machista, conservador, de relación entre los sexos. Se trata de una tradición según la cual a un proveedor sea varón o mujer que adopta ese rol todo se le está permitido, siempre y cuando cumpla y siga con su rol de proveedor(a), se incluye la violencia doméstica, pues al proveedor todo se le está permitido, al personaje que hace de pareja sólo le toca someterse.

Nos interesa resaltar cómo el erotismo es presentado, si en anteriores tiempos se identificó a la mujer con la naturaleza e imaginó la feminidad en su faceta enigmática, ahora el erotismo violento y duro es el modo vital que rodea a las mujeres, ellas se comunican gracias a él, teniendo en el cambio la vía propicia para destruir lo que se está edificando. La imaginería de una feminidad seductora y devoradora a la vez que la otra asociada a la debilidad es también objetivo de Jennifer Thorndike, con la foto de la madre y el encuentro con la otra, estamos pues frente a una galería de caracteres de mujeres.

Por último, el monólogo tipifica a la protagonista, y la literatura peruana nos da ejemplos de algunas de las obras en la narrativa peruanas escrita por mujeres en las que se utiliza esta técnica para enfatizar la atmósfera o al personaje central, así tenemos: Blanca Sol de la moqueguana, Mercedes Cabello; Indómita de la limeña, Angélica Palma; El truco de los ojos y Ximena de dos caminos de la cerreña Laura Riesco; también en Ranchos de caña y Sombras y rumores de las iqueñas María Rosa Macedo y Gaby Cevasco, respectivamente, etc. Así como en Mrs. Dalloway de Virginia Woolf, ellas utilizan el monólogo interior para caracterizar esta fusión del mundo real y el mundo interior. Y, finalmente nos encontramos con «Polvo» de Jennifer Thorndike un texto inmerso en el mundo de la especulación, de la imaginación, en fin, de la asociación de momentos febriles, que confunde verdad y ficción y frente a la inseguridad y tensión de esta extraña relación, este cuento nos plantea la necesidad de más modelos de familia y una redefinición de roles.

Esther Castañeda y Elizabeth Toguchi *


* Esther Castañeda y Elizabeth Toguchi, Investigadoras y Editoras.

Hello, Goodbye

jueves, 8 de mayo de 2008

Fotos de "Arte y Pueblo Libres" y "Divaneando"

Me acaban de pasar algunas fotos del lunes de "Divaneando" en Sancho Panza y otra del día de "Arte y Pueblo Libres". Me vestí de colegiala en ambas ocasiones. En "Arte y Pueblo Libres", leí "Alicia en el diario" y representé a Valeria, la protagonista del cuento, que es una niña de siete años que narra en su diario un día inusual en su colegio.

En "Divaneando" leí "Porcelana". Es día Carmen Ollé me hizo preguntas acerca del texto y yo respondí como si fuera el personaje, por eso el disfraz que también se prestaba, pues esta protagonista tiene aproximadamente quince años y parte de la performance era ser "analizada" a través del texto por la "terapeuta" Carmen Ollé.

Pueden leer ambos cuentos en los enlaces. Gracias a Jorge Baldeón por la invitación a "Arte y Pueblos Libres", a Rocío Santillana y Ana María Falconí por incluirme en el proyecto de "Divaneando" y a Carmen Ollé por participar conmigo en la performance.


Hello, Goodbye


1) Rocío Santillana y Jennifer Thorndike leyendo e
n "Arte y Pueblo Libres".
2) Carmen Ollé, Jennifer Thorndike, Ciro (actor que ayudó en la performance de Lucho) y Lucho Zuñiga, participantes de "Divaneando Narrativa".

3) Carmen Ollé, Jennifer Thorndike, Rocío Santillana y Ana María Falconí en
"Divaneando Narrativa".