Patria al desnudo
(Columna #8 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)
En mi casa a nadie le importa que flamee la bandera peruana que se exhibe en el techo por Fiestas Patrias. De hecho, creo que a nadie le importa siquiera colocarla, sino que lo hacen porque es disposición municipal y porque pagar la multa les gusta menos que dejarla chorreando y sin asta en el balcón, como si fuera un trapo viejo o una sábana secándose en el tendedero. Dados los últimos acontecimientos que giran alrededor del respeto hacia los símbolos patrios, he tenido que acomodar la bandera lo mejor que he podido para que no se piense que no honro como se debe a la rojiblanca.
Los “importantes” acontecimientos que engalanan las Fiestas Patrias 2008 son el fin de semana largo, y las fotografías de una cantante de cumbia que posa semidesnuda sobre un caballo que lleva como montura el pabellón nacional. El ministro de defensa, escandalizado, censuró a la señorita y declaró que las fotos faltaban el respeto al símbolo patrio. La verdad, no me imagino al señor ministro de defensa viendo las fotos de esta señorita semidesnuda pensando en otra cosa que no sea que la señorita está semidesnuda. Luego de deleitar la pupila habrá reparado en la rojiblanca, habrá cerrado la revista con indignación (previa hojeada final para comprobar que lo que ha visto es cierto), la habrá lanzado al basurero y habrá llamado a la prensa para declarar lo que declaró. Genitales encima de la bandera, no hay forma. Hay que investigar a esta señorita, que pida perdón de rodillas, habráse visto.
Me pregunto cómo llegó la revista al despacho del ministro. Me pregunto también qué hacía el ministro perdiendo el tiempo mirando estas fotos si tiene tanto trabajo pendiente. Luego del mensaje de este señor, varios congresistas se unieron al reclamo, congresistas que debían estar analizando las propuestas de los candidatos a la Presidencia del Congreso para así emitir un voto concienzudo al momento de la elección. Pero es seguro que los padres de la patria también perdieron el tiempo revisando el material para comprobar si la ofensa de la señorita cumbiambera era tan ofensiva como parecía serlo.
¿Cuán ofensivo es colocar los genitales encima del pabellón nacional? Que la bandera no es asiento, que no se debe usar un símbolo patrio para vender sexo, que es una obscenidad posar desnuda con un símbolo que honra al país. Si bien es cierto que la señorita está semidesnuda, no está en una actitud obscena. Dejando de lado la estética, que no viene al caso, se podría decir que es un desnudo artístico y que la bandera está mejor situada, por ejemplo, que la que se exhibe en el balcón de mi casa. Creo que es más ofensivo colocar una bandera por una disposición municipal y no por convicción, cantar un himno que resulta humillante, homenajear con una estatua en la Plaza Mayor de Lima al conquistador que le quitó libertad a un pueblo durante más de 300 años (la estatua fue retirada y reubicada, pero eso qué más da) o finalmente, dedicarle tiempo, prensa y debates a un asunto sin importancia cuando hay problemas más urgentes en este país.
Las últimas noticias en cuanto al tema de la señorita abanderada es que ha pedido disculpas ante el señor ministro. Feliz 28, se habrán deseado mientras las páginas de esa revista pasan una y otra vez, los problemas del Perú no se solucionan porque se pierde el tiempo en asuntos sin relevancia y la bandera colocada en el balcón de mi casa sigue sin flamear, ofensas aparte.
Hello, Goodbye
Mi otro blog está nominado al concurso 20 blogs peruanos, pueden votar por él aquí.
(Columna #8 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)
En mi casa a nadie le importa que flamee la bandera peruana que se exhibe en el techo por Fiestas Patrias. De hecho, creo que a nadie le importa siquiera colocarla, sino que lo hacen porque es disposición municipal y porque pagar la multa les gusta menos que dejarla chorreando y sin asta en el balcón, como si fuera un trapo viejo o una sábana secándose en el tendedero. Dados los últimos acontecimientos que giran alrededor del respeto hacia los símbolos patrios, he tenido que acomodar la bandera lo mejor que he podido para que no se piense que no honro como se debe a la rojiblanca.
Los “importantes” acontecimientos que engalanan las Fiestas Patrias 2008 son el fin de semana largo, y las fotografías de una cantante de cumbia que posa semidesnuda sobre un caballo que lleva como montura el pabellón nacional. El ministro de defensa, escandalizado, censuró a la señorita y declaró que las fotos faltaban el respeto al símbolo patrio. La verdad, no me imagino al señor ministro de defensa viendo las fotos de esta señorita semidesnuda pensando en otra cosa que no sea que la señorita está semidesnuda. Luego de deleitar la pupila habrá reparado en la rojiblanca, habrá cerrado la revista con indignación (previa hojeada final para comprobar que lo que ha visto es cierto), la habrá lanzado al basurero y habrá llamado a la prensa para declarar lo que declaró. Genitales encima de la bandera, no hay forma. Hay que investigar a esta señorita, que pida perdón de rodillas, habráse visto.
Me pregunto cómo llegó la revista al despacho del ministro. Me pregunto también qué hacía el ministro perdiendo el tiempo mirando estas fotos si tiene tanto trabajo pendiente. Luego del mensaje de este señor, varios congresistas se unieron al reclamo, congresistas que debían estar analizando las propuestas de los candidatos a la Presidencia del Congreso para así emitir un voto concienzudo al momento de la elección. Pero es seguro que los padres de la patria también perdieron el tiempo revisando el material para comprobar si la ofensa de la señorita cumbiambera era tan ofensiva como parecía serlo.
¿Cuán ofensivo es colocar los genitales encima del pabellón nacional? Que la bandera no es asiento, que no se debe usar un símbolo patrio para vender sexo, que es una obscenidad posar desnuda con un símbolo que honra al país. Si bien es cierto que la señorita está semidesnuda, no está en una actitud obscena. Dejando de lado la estética, que no viene al caso, se podría decir que es un desnudo artístico y que la bandera está mejor situada, por ejemplo, que la que se exhibe en el balcón de mi casa. Creo que es más ofensivo colocar una bandera por una disposición municipal y no por convicción, cantar un himno que resulta humillante, homenajear con una estatua en la Plaza Mayor de Lima al conquistador que le quitó libertad a un pueblo durante más de 300 años (la estatua fue retirada y reubicada, pero eso qué más da) o finalmente, dedicarle tiempo, prensa y debates a un asunto sin importancia cuando hay problemas más urgentes en este país.
Las últimas noticias en cuanto al tema de la señorita abanderada es que ha pedido disculpas ante el señor ministro. Feliz 28, se habrán deseado mientras las páginas de esa revista pasan una y otra vez, los problemas del Perú no se solucionan porque se pierde el tiempo en asuntos sin relevancia y la bandera colocada en el balcón de mi casa sigue sin flamear, ofensas aparte.
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