martes, 15 de abril de 2008

Bi-discriminación - Columna #1 en Ekovoces

Bi-discriminación
(Columna #1 publicada en el 2008 en el extinto portal de Ekovoces Noticias)

Ella se sentó al fondo de la sala. Cuando vio entrar a la expositora y saludar con un “lesbianas, cómo están” se levantó, tomó su bolso y salió de la sala arrugando la invitación que había recibido. Decepcionada, se dio cuenta que tampoco pertenecía a ese lugar y que, evidentemente, en el titular de la invitación “encuentro de mujeres lesbianas y bisexuales” sobraba una palabra.

Hace unos meses estuve en una reunión convocada por una institución internacional activista por los derechos de la comunidad LGTB y planteé mi consternación ante la doble discriminación que sufren los bisexuales por parte tanto de aquellos heterosexuales que no pueden concebir una relación fuera de la que se da entre un hombre y una mujer, como de aquellos homosexuales que consideran que los bisexuales son unos “indefinidos” o “camaleones” incapaces de asumir una evidente homosexualidad o estereotipos aún peores, lo cuales afirman que tienen una “doble moral”, que “son infieles porque tienen que tener una pareja de cada sexo”, etc.

Asistir a aquella reunión fue muy interesante pues pude escuchar algunas de las “razones” por las cuales se cree que existe - lo que yo llamo – la bidiscriminación no solamente en Perú, sino en Latinoamérica. El argumento principal fue que los bisexuales no salen, no están al “pie de lucha” por sus derechos debido a que prefieren mantenerse al margen de la situación o escondidos en el clóset, argumento hecho sobre la base de la evidente ausencia de un colectivo bisexual, de una voz que salga a reclamar-luchar-marchar por este grupo. Esta hipótesis - que puede ser cierta - señala un problema aún mayor, el cual considero es la razón principal de la escasez o nulidad de personas con esta orientación sexual dentro de las comunidades: La falta de identificación de los bisexuales con los grupos LGTB existentes, los cuales, en su mayoría, a pesar de contar con lineamientos claramente inclusivos, segregan explícitamente a los grupos en sus acciones. A nadie le gusta estar en una reunión para ser objeto de burla, para sentirse discriminado con comentarios, para sentir que está fuera de lugar con un saludo o con palabras exclusivas. No por un exceso de sensibilidad, sino por una obvia indignación. ¿Cómo se puede dar “el empujón” para salir del closet si es que este empujón te hace caer a un precipicio aún peor? Visibilizarse en una sociedad heteronormativa siempre trae consecuencias, siempre hay un precio que pagar ya sea con la familia, amigos, trabajo, etc; por lo tanto, es increíble, indignante y decepcionante que también se encuentre discriminación, invisibilización y segregación dentro de las mismas instituciones que promueven la igualdad para con la comunidad LGTB. Un caso claro de invibisibilización bisexual se dio hace poco en Lima. Se lanzó en diciembre una campaña pro política de igualdad en la cual en la documentación se incluía tanto a lesbianas, gays, transexuales, como bisexuales; sin embargo, ninguna de las piezas publicitarias expuestas incluía esta última orientación sexual, de hecho la palabra “bisexual” era la gran ausente dentro de los diseños.

Entre otros de los argumentos que se discutieron en la reunión, se dijo que muchos homosexuales pasan por esa una etapa de bisexualidad antes de asumirse netamente homosexuales y también, que muchos bisexuales son “heterosexuales flexibles” que usan las relaciones con personas del mismo sexo para experimentar con su propia sexualidad. Pues bien por esas personas, pero a ellas no se les puede considerar bisexuales. Los bisexuales asumidos como tales reconocen que son capaces de sentir atracción y establecer una relación (amorosa, sexual) con personas del mismo o de diferente sexo. No es una posición cómoda como muchos creen. ¿Por qué no se piensa en ellos antes de pensar en estereotipos u otras realidades? Por qué no se toma en cuenta a aquellas personas que sí salen del closet, aquellas que deciden no reprimir su sexualidad porque son conscientes que enamorarse, amar y experimentar placer va más allá de un cuerpo, los que asumen la bisexualidad como una identidad y no como un paso a otra realidad.

La bisexualidad es una orientación sexual que debe ser respetada. No se puede pedir respeto a la orientación sexual hegemónica (la heterosexual) si este no comienza por casa. No se puede lograr que el movimiento LGTB en el Perú y en Latinoamérica crezca y se haga fuerte si se comienza a dividir y discriminar dentro del mismo grupo. No se puede redactar documentos bonitos e inclusivos que tengan como consecuencia acciones discriminatorias y exclusivas. Se debe comenzar por el respeto mutuo, por trabajar en conjunto, por abrir la mente propia antes de abrir la ajena, por desechar estereotipos y ver otras realidades, ver personas. Ayudemos a erradicar la homofobia, pero también la bifobia. Finalmente, es imperativo reconocerse y prestarse atención, que las siglas LGTB sean realmente LGTB y no LGT y esos indefinidos que vagan por ahí como si fueran una letra que sobra en todas las palabras.

Hello, Goodbye